Laudate deum lleva por nombre la nueva Exhortación Apostólica del Papa Francisco que viene a ser una continuación, o más bien un aterrizaje en la realidad con datos demoledores, de lo que fue la encíclica Laudato si’ publicada en 2015. Desde el comienzo de su pontificado, Francisco dejó claro que era una prioridad todo lo que significase contaminación, calentamiento global o desertización, entre otros muchos problemas de convivencia ecológica que amenazan a nuestro planeta.
Esta carta encíclica, publicada en la festividad de san Francisco de Asís, continúa el hilo conductor de Laudato si’ mostrando más a las claras los efectos, con cifras arrolladoras, de la acción humana sobre la Madre Tierra. El Papa nos pide cambiar el patrón cíclico de consumo-producción inherente a la sociedad hiperconsumista. Si no es así, en breve estaremos abocados a la destrucción de la obra de Dios.
El texto, como su autor, es valiente, claro y contundente. Señala directamente a Estados Unidos, China, Rusia y la economía emergente de India como principales responsables de la situación. Francisco se refiere a este gran problema como ejemplo de “estructura de pecado”, un círculo vicioso del que no se puede salir indemne, centrando la responsabilidad en los ricos que contaminan el doble más que los pobres; por ello, quiere poner el dedo en la llaga y conmina a los países ricos a que compensen a los pobres por el daño climático. Esto le ha llevado a escuchar de diferentes “poderes” de la sociedad que se le tilde de «papa comunista».
Una vez leído y madurado a fuego lento el texto, ¿con qué podemos quedarnos, como Familia Trinitaria, de este nuevo documento del Papa? Sin duda, con la valentía de Francisco poniendo nombre y apellidos a los responsables: los países más industrializados que coinciden con los que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera. También merece la pena recalcar el señalamiento al “estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental”, o lo que es lo mismo, a la sociedad capitalista basada en el hiperconsumo.
Para nosotros, los que nos sentimos trinitarios, no puede haber forma más fácil de conocer a Dios-Trinidad: mirar la Creación de un Padre amoroso que nos regala toda la belleza y la lleva al culmen dándonos a su Hijo. Nuestros colegios, parroquias, hermandades, todos los campos de acción social en los que haya un miembro de la Familia Trinitaria deben ser modelo de cuidado de la Tierra, del hogar que Dios quiso darnos para compartir la vida con Él. El Papa nos manda a una nueva missio ad gentes con el objetivo de ser cuidadores de la Creación, hermanos mayores del resto de criaturas que Dios creó.
Termina la encíclica llamando a los ciudadanos a ser valientes y tomar las riendas de una nueva forma de vida basada en el cuidado de la “casa común», a la que nosotros, toda la Familia Trinitaria esparcida por el mundo, preferimos llamarle Casa común de la Trinidad.
Juan Enrique Redondo Cantueso
Coordinador de Evangelización y Pastoral
Colegio Stma. Trinidad – Trinitarios FEST Córdoba