El pasado 28 de mayo se celebró en Córdoba el segundo Concierto EmocionArte de España, el primero organizado por el Colegio Santísima Trinidad – Trinitarios de Córdoba, en colaboración con la Fundación Princesa de Girona y el Ayuntamiento de Córdoba. En él participaron más de 15 colegios de toda Córdoba, el Conservatorio de Danza de la ciudad, siete jóvenes artistas emergentes y artistas locales cordobeses. La música y las emociones fueron las protagonistas. Canciones con propósito que se entremezclaron con testimonios de nuestros alumnos, todo enlazado por un proyecto de aprendizaje-servicio en el que ellos han sido los principales protagonistas.
“Si no fuera por este proyecto, no tendría fuerzas para salir de la cama y venir al colegio”. Cuando, después de tres meses de trabajo, una alumna a la que casi no había escuchado la voz en años, me dijo esto, me di cuenta de que estábamos haciendo lo correcto.
El año pasado tuvimos la suerte de acoger en nuestro centro un concierto de jóvenes cantantes emergentes pertenecientes a AmplificARTE, un proyecto de la Fundación Princesa de Girona que combina música y educación emocional. Acostumbrados como estamos al “reggaetón fácil” de los últimos tiempos, estos artistas traían canciones nuevas y con mensajes muy cercanos a la realidad que viven nuestros jóvenes. El interés que mostraron nuestros alumnos por ellos nos hizo descubrir una rendija por la que colarnos en su mundo e intentar hablar su mismo lenguaje. Decidimos comenzar un proyecto de aprendizaje-servicio con chicos que estuvieran pasando por situaciones complicadas o tuvieran algún tipo de necesidad especial, así que, junto con el Departamento de Orientación y Jefatura de Estudios, elaboramos una lista mixta de alumnos de 1º a 4º ESO en la que incluimos también a alumnos “bisagra” que nos ayudarían a cohesionar el grupo. Nos inscribimos en la plataforma de AmplificARTE y, gracias a su metodología, empezamos a desgranar semana tras semana las canciones con propósito de estos jóvenes artistas. Hablamos sobre situaciones injustas del día a día, sobre bullying, soledad, autolesiones, sobre cómo afrontar las pérdidas o la capacidad que teníamos de sobreponernos a los problemas… y nos dimos cuenta de que teníamos mucho que decir y más cosas en común de las que pensábamos. De pronto, los alumnos descubrieron que el compañero con el que se cruzaban por los pasillos estaba pasando por situaciones parecidas a las suyas. Los que ya habían pasado por ahí y lo habían superado, sintieron la necesidad de ayudar a los que estaban todavía transitando esa situación. Descubrieron que tener una misión y un propósito les impulsaba a “salir de la cama y venir al colegio” porque ahora tenían algo importante que hacer por los demás.
El ambiente que se creó fue mágico. Los chicos se activaban de manera natural canción tras canción y decidieron que lo que tenían que decir no podía quedarse entre las cuatro paredes de la clase. En ese momento, nacieron nuestras particulares charlas TED, que en nuestro caso pasaron a llamarse TET: Trinitarios’ Emotional Talks.
Nos pusimos en contacto con la Fundación Princesa de Girona, les contamos nuestra idea y se ofrecieron para colaborar con nosotros en lo que necesitáramos. Decidimos organizar un concierto educativo conjunto en nuestra ciudad para compartir con otros niños y profesores nuestra experiencia y dar a conocer el programa y los beneficios de AmplificARTE.
Nuestros alumnos pudieron organizar sus charlas con Antonella Broglia, embajadora de las charlas TED en Europa. Se convirtieron en presentadores, organizadores, secretarios y gestores de su propio proyecto. Involucramos a las delegaciones de Educación e Infancia, Cultura y Juventud de nuestra ciudad y llegamos a todos los colegios de Córdoba. Los muros de nuestro cole desaparecieron. Descubrimos que parar y analizarnos por dentro es sanador; que reconocer nuestras emociones y compartirlas con los demás nos ayuda a ordenarnos por dentro; que somos capaces de soñar a lo grande, trabajar duro y lograr nuestro objetivo; que el poder de la palabra es imparable y que, en realidad, nunca hemos estado solos.
Como dice el maestro Julio Reyes Copello, la música dice lo que las palabras que no existen deberían decir. Gracias a ella, muchos alumnos han puesto nombre a sus emociones y transformado sus vivencias en algo útil. “He decidido hablar hoy porque sé lo duro que es querer pedir ayuda y no poder. Si con mi discurso algunos de los que estaban entre el público se atreven, me alegraría muchísimo”. Ella consiguió salir de un protocolo de suicidio y ha encontrado su propósito: conseguir que otros chicos también lo hagan. Hazme sentir importante y seré importante para el mundo.
Marta Ruiz Velasco
Responsable Proyecto Aprendizaje-Servicio
Colegio Santísima Trinidad – Trinitarios Córdoba
Fundación Educativa Santísima Trinidad (FEST)