NUEVA PRESENCIA TRINITARIA EN AL-HOCEIMA (MARRUECOS)
Por Javier Evelio Díaz Rivera
Son las 12,15 (13,15 hora española).
El camión de los desatascos ha realizado su cometido.
Una tubería desatascada.
El codo del gran bajante se tiene que arreglar.
Los Hermanos y Laicos que nos acompañan están impacientes.
Nerviosos por el viaje de vuelta.
Han comprado recuerdos de estos días de estancia.
El camión se marcha.
Llega la hora de la despedida.
Miradas serias.
Sonrisas contenidas.
Abrazos fuertes.
Agarrando el alma.
Robando al tiempo
un poco más de ternura y cariño.
El Hermano Miguel Ángel se monta en el coche.
Eduardo de copiloto.
Sergio y Gabriel detrás.
Arranca el coche.
Pedro Huerta en el otro coche.
Manolo de copiloto.
Aurelio y Vicente sentados detrás.
Les toco el cristal.
Lo abren.
Los miró.
Contengo mis lágrimas.
Se me entrecruza la voz.
No sé lo que digo.
Arrancan el coche.
Siguen la estela del Hermano Miguel Angel.
Contengo las lágrimas y las emociones.
No puedo mirar.
Les doy la espalda.
Me marcho a la casa con los ojos puestos en el cielo.
Agradeciendo tanto amor mostrado a Dios en estos días.
Por el cariño de los Hermanos y la Familia recibido por las personas que nos han acompañado.
Cierro la puerta.
Estallo en lágrimas.
Lleno el cubo.
Y con parte de mis lágrimas friego la reguera del desatasco.
Fregando esa reguera traigo los siguientes recuerdos:
Sábado 29 de septiembre.
Rotonda de la frontera con Melilla.
Aurelio saludando.
Cargados con las mochilas corremos hacia él.
Nos fundimos en un abrazo.
Siento tanto y tanto que me quedo en silencio.
Solucionamos algunos problemillas acaecidos.
Esperamos a Eduardo y a Gabriel.
Nos fundimos de nuevo en un abrazo.
Es la hora de cruzar la frontera.
La frontera y el límite.
No nuestra frontera del amor.
Caminata hacia la rotonda a Marruecos.
Sellamos pasaportes
Las mochilas llenas de ilusiones.
Llenas de tiempo para pasar con nuestros Hermanos.
Rotonda en Marruecos.
Pedro y Vicente allá están.
Más abrazos.
Más cariño.
Más emoción.
Lágrimas de felicidad.
Toca dos horas o más en coche hasta Al Hoceima.
Nos dividimos en dos coches.
En el camino mientras el cansancio abate alguno de nuestros Hermanos,
compartimos noticias de la Provincia,
el trabajo que estamos realizando,
las dudas y temores,
esperanza e ilusiones.
Una paradita en el camino para llenar el combustible del corazón.
Vistas impresionantes de la mar.
Ilusión en los ojos.
Ganas de hablar.
De saber de los Hermanos y de la familia.
Emoción.
Continuamos hacia Al Hoceima.
Paseo por la playa con las vistas al Peñón de Alhucemas.
Tranquilidad.
Recuerdos.
Llegada al Hotel.
Quedamos a una hora para que puedan ir y ver la casa.
Mientras tanto compramos para el ágape después de la Eucaristía de mañana.
Hora de ver la casa.
Mucho trabajo y esfuerzo realizado.
Consejos.
Detalles para no olvidar.
Eucaristía compartida.
Acción de gracias por tantos ángeles que nos acompañan en nuestra vocación.
Compartir la Palabra de la Verdad, el Pan de la Comunión y saborear el Vino de la ilusión.
Paseo.
Cena.
Diálogos.
Experiencia.
Miradas.
Corazón abierto.
Y en medio de la noche, el susurro de la tranquilidad.
Una tranquilidad para despedir un emocionante día.
Domingo 30.
Día de la Presentación oficial.
Día de acción de gracias por la presencia de la Familia Trinitaria en tierras de Marruecos.
Día de acción de gracias por tantos Hermanos que nos han brindado la confianza y la oportunidad de SER y ESTAR en esta nueva presencia, en esta nueva ilusión.
El Arzobispo de Tánger, Monseñor Santiago Agrelo celebra la Eucaristía.
Concelebra el P. Simeon, Vicario General de la Archidiócesis, junto al P. Provincial Pedro Huerta y Hermanos Trinitarios venidos de España.
El escalón que divide el Presbiterio nunca debe ser una frontera en la vivencia y crecimiento de la fe de una Comunidad Cristiana, nos recuerda el Arzobispo.
Eucaristía muy animada y motivada por los estudiantes de Costa de Marfil, dos nuevos estudiantes de Guinea Bissau, Hijas de la Caridad de Al Hoceima, Hermanitas de la Divina Infantita de Nador y Franciscanas de Nador. También contamos con la presencia de la Directora y profesores del Colegio Español en Al Hoceima Melchor de Jovellanos.
Los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca prepararon la ambientación y decoración de la celebración.
Ágape compartido.
Risas.
Presentaciones.
Humor.
Experiencia.
Motivaciones.
Hora de la comida.
Mesa grande en la Casa de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca.
Son unos angelitos que nos abren el camino en esta nueva presencia.
Picoteo y carne marroquí, acompañado de frutas variadas y dulces que Gabriel ha querido regalar junto al vino (estraperlo llegado de Melilla).
Tarde de reunión.
De no sentirnos solos en la Provincia.
De ayuda.
De discernimiento y luz.
De ánimo y de caminar de la mano.
De emoción.
De comenzar de cero.
Té que inspira el alma.
Mirada a la mar que tranquiliza el corazón.
Mirada tierna que abra la mente.
Paseo entre todos por el morro de la Cornise II.
Fotografías.
Clases de historia.
Experiencias vividas.
Escuchamos a las gaviotas.
Observamos el mar a un lado y a otro.
Tarde apacible.
Recuerdos.
Emociones.
Descanso en la plaza Mohamed VI.
Mirada por la bahía del Quemado.
Voz del almohazin a la oración.
Acción de gracias personal por el día vivido.
Barquitos que comienzan a surcar en la mar.
Faros para comenzar a pescar.
Noche que nos envuelve en medio de la oscuridad.
Mucho que agradecer.
Lunes 1 de octubre.
Santa Teresita.
Patrona de las Misiones.
Comienzo de un nuevo día.
Comienzo de una nueva semana.
Comienzo de un nuevo mes, el mes del DOMUND.
Agradecimiento por los Hermanos.
Desayuno en medio de la mar.
Tranquilidad absoluta.
Nubes que amenazan lluvia.
Es nuestra despedida.
Siento corazón a corazón el susurro de la sangre.
Sangre que da vida.
Sangre que deja correr ilusiones.
Sangre que hace palpitar el corazón.
Sangre que con sangre es el color de la Pasión por la Trinidad.
Sangre color ROJO.
Llamada de teléfono.
Manolo al habla.
El camión de los desatascos llegará enseguida.
Camino a casa…
12,30…
Con mi amiga la fregona siento el consuelo.
Silencio.
Recuerdos.
Mucho que agradecer.
Subo las escaleras.
Dejo los regalos.
Miro por la ventana.
El sol comienza a salir.
El cielo recupera su color…
el AZUL.
Un fuerte abrazo en Dios Trinidad
Desde Al Hoceima mi corazón
Mi susurro
Nuestra ilusión
Nuestra misión y carisma.
Que Dios nos siga bendiciendo a todos.
Que los Angelitos, los Duendes y los Jin
inspiren lo mejor para dar y recibir.