LA ALTERNATIVA DE JUAN DE MATA
Ángel García Rodríguez
Trinitario. Sevilla
La celebración de la fiesta de San Juan de Mata nos lleva a conocer el “paradigma trinitario”, es decir el ideal de la Orden Trinitaria. Nos encontramos así en la Iglesia ante la alternativa de liberación que ofrece Juan de Mata.
En primer lugar si queremos situar la figura de Juan de Mata en su contexto histórico tenemos que retroceder hasta los siglos XI y XII. Fueron los siglos en que surgen las enemistades de cristianos y musulmanes con más virulencia. Conquistas y reconquistas que resuelven por la fuerza de las armas; con ejércitos que se preparaban a matar, con gran número de prisioneros despojados de su libertad y de sus bienes para ser inmersos en un sistema que vive de la esclavitud y de sus rentas. En esta página de historia, cristianismo e Islam llegan al límite de la barbarie, donde matar al enemigo es un servicio a Dios, o a Alá. Se crean víctimas y se comercializa con ellas. Fue la época de las grandes cruzadas, donde la conquista de la Tierra Santa es el gran objetivo.
En esa situación histórica surge la figura de Juan de Mata. Un apasionado por Dios y por la humanidad, que fue capaz de desafiar al sistema político-religioso de su tiempo. Él propone otra alternativa posible: la convivencia entre los creyentes de ambas religiones y la eliminación de toda esclavitud. La liberación de todos los esclavos. Hay que tener presente que tres eran en el siglo XII las formas de redención para liberar a los esclavos: Primera.- Intercambio de rehenes, entre dos ejércitos; Segunda.- Redención por canje de cautivos; esclavo por esclavo: Tercera.- Redención mediante compraventa; pago por los esclavos.
Defensor de los Derechos Humanos
En tiempos de Juan de Mata ya existía la liberación de cautivos en cualquiera de estas tres formas. La intuición innovadora de Juan es la “Tertia pars”, destinada en sus comunidades a la Redención de cautivos. A través de este sistema la tercera parte de todos los ingresos a la comunidad iban destinados a la redención de cautivos. Éste es el mejor modo de hacer creíble el Evangelio. De esta manera podemos afirmar que Juan de Mata es promotor y defensor de los derechos humanos, de la persona humana y de la sociedad humana confrontada con los poderes de su tiempo. Nos encontramos con alguien que vuelve la mirada al corazón del Evangelio desde donde emerge un modo nuevo de dar gloria a la Trinidad y a los Cautivos la libertad.
El empeño de Juan de Mata por crear espacios y nexos comunes en una sociedad pluralista, estructurada por los mecanismos de participación de todos y de cada uno, del respeto a las diferencias, de la convergencia amorosa, del consenso fraterno, de la tolerancia activa y del plan de violencia cero, encuentra su fundamento en las tres divinas personas distintas, en su simultaneidad y en su coexistencia amorosa. No existe, dentro del paradigma trinitario, otro fundamento para el proyecto mundial de desarme y servicio humanitario. Todo es tolerable, menos la violencia o la guerra llámese justa o injusta.
Fraternidad y solidaridad a favor del cautivo
En el proyecto trinitario de Juan de Mata, la solidaridad afecta al núcleo mismo de la experiencia trinitaria en la Iglesia. “No hay fraternidad trinitaria allí donde no se comparte con los pobres y cautivos el fruto de su trabajo y ahorro, además de los bienes recibidos de otros”. Los bienes que tiene la comunidad, sean adquiridos por su trabajo o resultado de una donación, son bienes para liberar al pobre y rescatar al cautivo. La fraternidad es simple mediación y para ello Juan de Mata establece en su regla los mecanismos eficaces para que los bienes lleguen fielmente a sus destinatarios (capítulo comunitario y Ministro).
Y como actividad específica de la Orden fue la redención de cautivos. Así lo confirma Inocencio III en la primera bula que dirige a Juan de Mata: “Hemos decidido que vuestras casas presentes y futuras no sean desviadas por nadie del fin para el que providencialmente las habéis ordenado, a saber, la liberación de cautivos”. Y después en la regla aprobada por el mismo Inocencio III, se lee: hablando de los bienes “la tercera parte se reserve para la redención de los cautivos que a causa de la fe en Cristo han sido encarcelados por los paganos (RT, 2).
Juan de Mata ha encarnado como fundador la vocación y el ideal de la Orden de la Santísima Trinidad y Redención de cautivos. Hoy a 800 años de su muerte, la Familia Trinitaria, religiosos, religiosas y laicos, le reconocemos como padre de toda nuestra familia. Como señala Ignacio Vizcargüenaga, “su experiencia del Espíritu nos constituye trinitarios en la Iglesia. Por ello la presencia de san Juan de Mata en la Familia Trinitaria es perenne, es una presencia viva, activa. Él tiene en la Familia una misión perdurable que cumplir.