Ecos Trinitarios de San Juan de Mata
SAN JUAN DE MATA
17 de diciembre
Fundador de la Orden de la Santísima Trinidad
Ángel García Rodríguez, Sevilla
Juan de Mata nació en Faucón, Provenza (Francia) hacía el año 1154. Cursó los estudios de teología en la Universidad de Paris, donde recibe el título de Maestro, dedicándose a la enseñanza de la teología los años 1185 a 1192. El gran teólogo sufre y llora ante la esclavitud de los cristianos que son apresados por los árabes y corren el peligro de perder su vida y su fe. Juan ruega a Dios una señal, un signo de lo que Dios quiere de él. Se ordena de sacerdote, el 28 de enero de 1193 celebra su primera misa en Paris en donde tuvo una visión divina. En el momento de la consagración ve a Cristo rodeado de dos cautivos. Era la señal que Juan de Mata esperaba del cielo. Dios le enviaba a redimir los cautivos cristianos. Para llevar a cabo esta empresa fundó en Ciervofrio la Orden de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos aprobada por el Papa Inocencio III el 17 de Diciembre de 1198.
A partir de esta fecha, Juan de Mata organizó y extendió la incipiente Orden centrada en la redención de los cautivos y la consagración a la Santísima Trinidad. Su vida estuvo completamente entregada al servicio del rescate de los cautivos y a las obras de misericordia. La primera redención la realiza en 1199. En Roma, sobre la entrada principal de la casa hospital donde falleció Juan de Mata hará representar, en un artístico mosaico, la revelación que cambió su vida y que ha de inspirar la vida de sus hijas e hijos: el signo de la Orden de la Santa Trinidad y de los Cautivos. Murió en el convento de Santo Tomás in Formis, en Roma, el 17 de diciembre de 1213.
Evangelio
Mt. 25, 31-40: “Cada vez que lo hicisteis con mis humildes
hermanos, conmigo lo hicisteis”
Entonces el Rey dirá: “Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del Reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron.
Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver." Entonces los justos dirán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?". El Rey responderá:
“En verdad les digo que cuando lo hicieron con alguien de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí”.
Comentario
El Evangelio nos presenta a Cristo en el juicio final juzgándonos a cada uno de nosotros sobre nuestras actitudes ante los pobres, enfermos, encarcelados y cautivos. Jesús se nos presenta como el rey y juez, que, como el pastor que separa las ovejas de los cabritos, en su venida al final de los tiempos juzgará a todos según el amor que cada uno ha mostrado con los más pequeños.
A la luz del Evangelio y del Camino Trinitario de Juan de Mata, podríamos afirmar que sólo por los caminos del servicio, la fraternidad y la liberación, se encuentra a Cristo. Como a los cristianos a los que el evangelista se dirige, la Palabra de Dios nos invita a salir de nuestros letargos mirando al futuro, en el horizonte del juicio, y viviendo el presente, comprometido con los hermanos más pequeños, marginados y cautivos. Sigamos a Cristo liberador por los pasos redentores de Juan de Mata.
Oración
OH Dios Padre,
que colmaste a san Juan de Mata
de la misericordia de tu Hijo
y del amor del Espíritu Santo,
haz que siguiendo sus pasos,
nos dediquemos al culto de la Santa Trinidad
y a las obras de caridad y redención.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Palabra del Santo Reformador
Imitadores de nuestros padres fundadores
“Dios tenga por bien hacernos imitadores de nuestros santos fundadores Juan de Mata y Félix de Valois. En ellos había obras grandiosas, pues entraban y salían cargados con obras de caridad, que con los cautivos y con los pobres ejercitaban”. (San Juan Bautista de la Concepción. Tomo V, 32a. Roma 1830-1831).