BEATA ISABEL CANORI MORA
Madre de Familia y Terciaria Trinitaria (4 de Febrero)
Por Ángel García Rodríguez
Isabel Canori Mora nació en Roma el 21 de noviembre de 1774 en el seno de una familia aristócrata. Dada muy pronto a la vida espiritual, sufrió en su juventud un enfriamiento, cediendo a la seducción por las cosas del mundo. En 1796 se casa con un joven abogado llamado Cristóbal Mora. Poco tiempo duró la fidelidad conyugal de Cristóbal. Seducido por una mujer de modesta condición, comienza a engañar a su esposa, descuida la familia hasta dejarla reducida a la miseria. Isabel tiene que ponerse a trabajar para mantener a sus hijas. A las violencias físicas y psicológicas de Cristóbal, Isabel responde con la fidelidad y paciencia. Ante el abandono de Cristóbal, ella se dedica a las tareas del hogar, a la educación cristiana de sus hijas.
Isabel se entrega totalmente al Señor, consagrándose a la vida de oración y a las obras de caridad en favor de los más necesitados. Profundiza en la espiritualidad trinitaria ingresando en la Orden Tercera. Es favorecida por Dios con dones místicos extraordinarios. Obispos, sacerdotes, religiosos, matrimonios…se acercaron a su domicilio para orar y pedirle consejo. Murió en 1825. Sus reliquias se veneran en la iglesia trinitaria de San Carlino de Roma. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el día 24 de abril de 1994.
Evangelio
Mt. 7, 21-29: La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre
arena
“Un hombre prudente edificó su casa sobre la roca. Cayó lluvia y vinieron ríos y soplaron vientos y golpearon contra aquella casa y no cayó, porque estaba fundada sobre roca”.
Comentario
Jesús en el Evangelio acaba de presentarnos dos clases de hombres: el hombre sensato que construye su casa sobre la roca y el insensato que lo hace sobre arena. El primero se preocupa de lo esencial: edificar sobre roca firme. El insensato por el contrario, no piensa lo que está haciendo. Al llegar las lluvias del invierno, las crecidas, el vendaval, la casa construida sobre roca se mantiene firme, la edificada sobre arena, “se hunde totalmente”. La parábola es una grave advertencia y nos exige a los cristianos a preguntarnos si estamos construyendo la Iglesia de Jesús sobre roca, escuchando y poniendo en práctica sus palabras, o si estamos edificando sobre arenas inseguras que no poseen la solidez ni la garantía del Evangelio.
Ciertamente la beata Isabel Canorí Mora, edificó su vida sobre roca. Su fe en Dios fue el pilar fundamental para enfrentar la soledad, separación y rechazo de su esposo. Ella invita al laicado trinitario a edificar la familia en la oración, consagración y fidelidad a Dios Trinidad.
Oración
Oh Dios, que concediste a la beata Isabel vivir su vida de esposa y de madre a imitación de Cristo Redentor; por su intercesión y su ejemplo, concede a nuestras familias el don de la fidelidad y del amor sincero, para que resplandezca en ellas el don de la luz divina. Por nuestro Señor Jesucristo.
Palabra del Santo Reformador
Comunión, obras y palabras
“Cuando se ha recibido a Jesús Sacramentado, el que ha comulgado despacio, con sentimiento, con dolor y lagrimas, adore, reverencie y dé gracias a este gran Señor que se dignó entrar en su casa. Y luego que todos los momentos del día encienda fuego y levante llamas en sus obras y palabras de grande amor suyo” (San Juan Bautista de la Concepción. Tomo VIII, 167a. Roma 1830-1831).