BEATA ANA MARÍA TAIGI, MADRE DE FAMILIA
Patrona de la Tercera Orden de la Santísima Trinidad
Por Ángel García Rodríguez, Sevilla
Fiesta: 9 de junio
La beata Ana María Taigi nació en Siena (Italia) el 29 de mayo de 1769. A la edad de seis años, siguió a sus padres, que se trasladaron a Roma, por dificultades económicas. Al dejar la escuela, comenzó a trabajar en diversos oficios, para ayudar económicamente a sus padres. Todavía muy joven, se casó con Domingo Taigi, buen cristiano, pero de carácter violento. Durante los 49 años que duró su convivencia matrimonial con Domingo, la beata tuvo ocasión de ejercitar las virtudes de la caridad, hacia su marido e hijos, la paciencia, la piedad.
A pesar de poseer pocos recursos económicos, no dejaba de practicar, en cuanto podía, las obras de misericordia. Tuvo siete hijos. Personalmente llevaba una vida de altísima espiritualidad. Sus devociones preferidas eran: la Santísima Trinidad, Jesús Sacramentado y la Virgen María. Ingresó en la Tercera Orden Trinitaria en la iglesia de San Carlos a las Cuatro Fuentes de Roma el 26 de diciembre de 1808. Dios la favoreció con muchos dones sobrenaturales. El más conocido es el del globo luminoso donde ella veía los acontecimientos presentes y futuros. Mucha gente, de todas clases sociales, acudía a ella en busca de consejo. Por su casa pasaban obispos, cardenales, y hasta el Papa solicitaba su consejo y oración.
Murió en Roma el 9 de junio de 1837. Sus restos se veneran en la basílica de san Crisogono de Roma, regentada por los Trinitarios. Fue beatificada por Benedicto XV el 20 de mayo de 1920.
Evangelio
Mc. 3, 31-35: “El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre”
Comentario
Como la gente se reúne en torno a Jesús, no es fácil para su madre y sus hermanos llegar hasta él. El uso lingüística hebreo y arameo aplicaba el término “hermanos” a los primos y parientes próximos. Al señalar Jesús que el que cumple la voluntad de Dios es su madre y hermano, no hay desprecio a su madre ni a sus parientes, sino que se evidencia la prioridad que ha de tener el reino de Dios incluso sobre los vínculos familiares.
Ana María Taigi quiere hacer la voluntad de Dios como laica comprometida en su propia familia. Como a Jesús no le faltan las dificultades y problemas pero ella sabe muy bien de quien se ha fiado. Va a buscar a Dios Trinidad en la oración y en tantos pobres y necesitados en los que descubre el rostro de Dios. La beata Ana María Taigi invita especialmente al laicado trinitario a amar a la Familia Trinitaria como ella amó y se consagró a la Orden Tercera.
Oración
Señor, Dios, grandeza de los humildes,
tú que has querido hacer brillar
como madre de familia a la beata Ana María
por su caridad y su paciencia,
concédenos, por su intercesión y sus méritos,
que llevando día a día nuestra cruz,
e imitando sus virtudes domésticas,
podamos crecer siempre en amor hacia ti.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Palabra del Santo Reformador
Amar a los enemigos
“Ea, Padre mío y Dios mío, ofrézcote de hoy en adelante con grandísimas veras amar a mis enemigos, y no cualquiera, sino aquellos que, de amigos bienhechores y por quien me he desentrañado, se han vuelto enemigos. Ofrezco de hoy en adelante no darles ocasión por mi gusto y parecer” (San Juan Bautista de la Concepción. Tomo IV, 172 a. Roma 1830-1831).