TRASLADO DE LAS RELIQUIAS DE SAN JUAN DE MATA
7 de mayo
Por Ángel García Rodríguez
El cuerpo de San Juan de Mata fue enterrado con todos los honores el 21 de diciembre de 1213 en la iglesia de Santo Tomás in Formis de Roma, iglesia que el mismo santo había recibido del papa Inocencio III. Por el deterioro en que se encontraba dicha iglesia, el cuerpo fue trasladado privadamente a Madrid el año 1655 y presentado al Nuncio Apostólico de España, quien declaró oficialmente su autenticidad.
La Sagrada Congregación de Ritos, habiendo practicado un nuevo reconocimiento, decretó, con la aprobación de Inocencio XIII, la constatación de la identidad de su cuerpo. Siendo las monjas trinitarias del monasterio de la calle de Lope de Vega de Madrid las depositarias de tan preciadas reliquias durante más de un siglo, la parte más importante de éstas fue trasladada a Salamanca el 9 de octubre de 1966 a la parroquia que lleva su nombre, san Juan de Mata, donde recibe cálida veneración de los fieles. Otra parte de las mismas quedó en el citado monasterio de Madrid.
Evangelio
Jn. 17, 20-26: “Padre, éste es mi deseo: que estén conmigo donde yo estoy”
Comentario
El evangelista Juan presenta la última parte de la oración sacerdotal de Jesús en la que ruega al Padre por cuantos a lo largo de los siglos creerán en él y en su Padre. El Señor ora por la futura Iglesia y comunidad cristiana. Y pide al Padre que todos sus miembros se mantengan unidos: “Que sean uno, como nosotros, para que el mundo crea”. Para vencer la tentación de dejarnos arrastrar por los individualismos que rompen la comunión, no hay medio mejor y más convincente que la oración con Dios, el encuentro con los hermanos y el testimonio de la verdad por el amor.
Los restos de San Juan de Mata que custodian los Trinitarios de Salamanca, siguen siendo hoy a más de 800 años de su muerte, un signo de comunión y liberación de la Familia Trinitaria. Sigamos las huellas de San Juan de Mata permaneciendo unidos a Dios y unidos a los cautivos de hoy.
Oración
Dios omnipotente y misericordioso,
que para promover la gloria de la Trinidad
y socorrer las necesidades del prójimo,
Inflamaste de amor divino
a nuestro Padre san Juan de Mata;
concédenos, por su intercesión,
imitar su espíritu
y ser testigos de la Redención en el mundo.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Palabra del Santo Reformador
La Reforma y su atención al primer fin
“La Religión, que ahora se reforma, ha de atender al primer fin a que fue enderezada en su principio, y seguir aquél, sin ningún género de variación” (San Juan Bautista de la Concepción. Tomo VI 113 a. Roma 1830-1831).