SAN SIMÓN DE ROJAS
28 de Septiembre
San Simón de Rojas nació en Valladolid (España) el 28 de octubre de 1552. Educado cristianamente por sus padres, a los 12 años, según testimonio de Lope de Vega, ingresó en la Orden de la Santísima Trinidad en su ciudad natal. Para formarse en la mente y fortalecer su espíritu es enviado a Salamanca. Emitió sus votos solemnes en 1572 y, cinco años más tarde, en 1577, recibió la ordenación sacerdotal.
Casi toda su vida transcurrió entre cargos de docencia y oficios de gobierno, que simultaneaba con el apostolado, distinguiéndose en la dirección espiritual, en la predicación de la redención de cautivos y en la extensión de la devoción y esclavitud mariana. De sus dotes para la enseñanza, el gran teólogo trinitario Paravicino, decía: “Fue de los primeros que, en esta religión, pusieron en orden, los estudios de las ciencias”. Era religioso docto y aventajado en ellas. Su ciencia, prudencia y santidad descubierta y apreciada por sus hermanos que desde varios conventos lo pidieron como Ministro. Desempeñó los cargos de Visitador de Andalucía y Castilla, confesor de la reina Isabel de Borbón, esposa de Felipe III. Maestro de oración, en particular de los jóvenes, nos dejó en sus escritos un camino muy realista para orar con técnicas muy concretas
Fue un extraordinario devoto de María y un gran apóstol de la espiritualidad mariana. Desde su amor misericordioso, como auténtico hijo de Juan de Mata, se desvivió por los pobres y menesterosos. Para asegurar una atención más estable a éstos, fundó en Madrid la Congregación del “Ave María”, que todavía acoge, alimenta y ayuda a numerosos pobres y marginados. También visitaba a los encarcelados y se preocupaba por la redención de cautivos. Murió en Madrid el 29 de septiembre de 1624. Fue beatificado el 13 de mayo de 1766 por el papa Clemente XIII y canonizado el 3 de julio de 1988 por el papa Juan Pablo II.
Evangelio
Jn. 15, 9-17: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”
Comentario
La idea central del evangelio de hoy es la unión permanente del discípulo con Jesús mediante el amor que llevará a la amistad con Cristo. El amor mutuo del Padre y del Hijo se transvasa de Cristo al discípulo y de éste a los hermanos. El amor nace y culmina en Dios pasando por el hermano. Amar en cristiano no es más que corresponder a Dios, devolverle su ternura, compartir con los demás el amor y la amistad que de él recibimos.
Simón de Rojas, el místico trinitario del siglo de oro español, leerá este texto evangélico con el convencimiento de que Dios nos ama y nos salva por la fe y las obras a través de Jesucristo. Su obra espiritual “el tratado de la oración” y su obra social “el Ave María” en favor de los pobres reflejan el talante del religioso que busca a Dios en la oración y en el servicio al pobre. La opción por la oración y por los pobres son los dos desafíos que deja San Simón de Rojas a la Familia Trinitaria.
Oración
Oh Dios,
que has infundido tu caridad
en el corazón del sacerdote san Simón,
con la que brilló por un culto singular
a la santísima Madre de tu Hijo
y por las incesantes obras de misericordia;
concédenos, por su intercesión,
que, abrasados por la misma caridad
y protegidos por la Virgen María,
alcancemos tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Palabra del Santo Reformador
Unido a Dios y a los pobres
“Oh Santo Dios mío, ámete yo mucho, y quiera mucho a tus pobres…porque sea Trinidad: Dios, el pobre de bienes temporales, y yo, pobre de los bienes espirituales, para que seamos uno con una unidad y unión perfecta”. (San Juan Bautista de la Concepción. Tomo VI 58b. Roma 1830-1831)