NUESTRA SEÑORA DEL BUEN REMEDIO
Patrona principal de la Orden Trinitaria
8 de octubre
Ángel García Rodríguez
La devoción a la Virgen ha sido una constante en la Orden Trinitaria ya desde la misma fundación. Según cuenta una antigua tradición, en cierta ocasión se encontraba Juan de Mata rescatando cautivos cristianos que habían caído presos en manos de los moros. Él quería liberar a todos pero no le llegaba el dinero para pagar el rescate. Se preguntaba: ¿Que hacer para lograr su liberación?. Acudió lleno de confianza a la Virgen del Remedio y obtuvo por su intercesión una bolsa con el dinero suficiente para continuar rescatando cristianos.
Más allá del rigor histórico de esta tradición, el pueblo creyente ha visto en la Virgen María a la Madre del cielo que no podía soportar ver a sus hijos encadenados con grilletes en sus pies y manos. Por ello en la antigüedad se le confiaba a la Virgen María las expediciones de rescates de cristianos. Si la tempestad amenazaba el navío, los trinitarios invocaban a la Estrella de los Mares; si los desdichados cautivos, una vez rescatados eran cogidos de nuevo, apaleados, llevados medio muertos a las cárceles con sus salvadores, nuestra Señora se inclinaba con compasión sobre esta angustia y hacía renacer la esperanza.
Como consta por la tradición, la Orden ha hallado en el título “del Buen Remedio” una explicitación adecuada a su finalidad. Por eso, el Capítulo General de 1959 quiso, y obtuvo de la Santa Sede, que la Familia Trinitaria tuviese como Patrona a la Virgen Santísima bajo el título del “Buen Remedio” y celebrase su fiesta todos los años el 8 de octubre.
Evangelio
Jn. 2, 1-11: “Y la madre de Jesús estaba allí”
Comentario
Contemplando esta escena de las bodas de Caná que relata san Juan, observamos a la Virgen que ha descubierto que falta el vino. Ella no permanece indiferente, se hace cargo del problema que supondrá para los novios. A María le importa los demás. De alguna manera, lo de cada uno es también cosa suya; se alegra por lo bueno y lo alienta para mayor felicidad de sus hijos los hombres. Nos encontramos ante el primer milagro de Jesús en el que Dios comienza a manifestarse y se anuncia la presencia de un tiempo nuevo simbolizado en el rico y abundantísimo vino.
En el camino redentor de San Juan de Mata, la Virgen María no queda indiferente y con los brazos cruzados. Ella, la Virgen del Buen Remedio le acompaña, sale al encuentro de sus necesidades y empuja a sus hijos cautivos hacia la libertad. Al lado de la Virgen del Buen Remedio toda la Familia Trinitaria ruega a María para que nunca nos falte el vino de la alegría y de la libertad.
Oración
Oh Dios
que por medio de la Virgen María
ofreciste el remedio a los hombres:
concédenos experimentar su patrocinio
en todas las necesidades,
y alcanzar los gozos eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Palabra del Santo Reformador
Virgen María, consuelo de los Trinitarios
“Es necesario que estén advertidos los hermanos, que uno de los consuelos grandes que tienen los religiosos de nuestra Sagrada Religión es el tener por Madre, patrona y abogada a esta Señora y el beber con la leche de la Religión en los principios y primeros pasos de ella, cuales son los del noviciado, su afectuosa devoción y entrañable amor y el ser todos sus perpetuos capellanes, gastando gran parte de la vida en servirla, honrarla y venerarla. Contra todos nuestros enemigos nos ayuda la Virgen Santísima, con cuyos méritos nos librará y con cuyo poder nos salvará y vencerá a todos los enemigos “ (San Juan Bautista de la Concepción. Tomo IV, 257a. Roma 1830-1831).