4de octubre de 1637: Muere en Madrid el hermano fr. Bernardo de la Madre de Dios.
Bernardo de la Madre de Dios nació en Matarrubia, provincia de Guadalajara, donde trabajó en el campo familiar hasta los 27 años de edad y creció al amparo del Santísimo Cristo de la Agonía. Finalmente, se retiró a hacer vida eremítica en una pequeña ermita dedicada a la Vera Cruz en la ribera del río Henares, no lejos de su pueblo. Tras siete años de vida como ermitaño, el último de los cuales tuvo un compañero de retiro, decidió pedir el hábito de una de las órdenes reformadas, definiéndose finalmente por los trinitarios descalzos.
Realizó el noviciado en Alcalá de Henares, destacando ya entonces por su vida de oración y de penitencia. Cuando San Juan Bautista de la Concepción decidió fundar en Madrid, escogió a fray Bernardo para formar parte de la nueva comunidad. Allí permaneció hasta su muerte, con la ocupación principal de pedir limosna para la casa.
Fue también muy reconocido por su espíritu de obediencia y de oración, humildad y penitencia. Al llegar la hora de su muerte, acaecida en el convento trinitario de Jesús en Madrid, el 4 de octubre de 1637, exclamó: “Bien sabéis, bien mío, que he hecho en vuestro servicio cuando he podido”.