16 de octubre de 1607: Fundación del convento descalzo de Sevilla. A instancias de san Juan Bautista de la Concepción, los trinitarios descalzos se instalaron en Sevilla en 1607.
El convento se situó a extramuros, en el barrio de la Calzada. El primer prior fue Gabriel de la Asunción. Al año siguiente el convento se trasladó a otro in mueble más grande en el mismo barrio, más cerca de la Cruz del Campo, alquilado a Pedro Núñez Pérez.
A los dos años no pudieron pagar el alquiler y, por orden judicial, fueron desalojados. María de Solís y Miranda, esposa de Pedro Méndez Márquez, general y caballero de la Orden de Santiago, les cedió unas casas de su propiedad en la plazuela del Mesón del Rey (también conocida como «de la Vinatería», por el gran número de bodegas que había en el entorno), en la collación de San Pedro y San Ildefonso. Se instalaron en este lugar en 1610. La iglesia fue realizada en el siglo XVII por el arquitecto Juan de Segarra y el maestro albañil Francisco Escalante. La torre es de 1768, diseño de un hermano lego trinitario de origen ruso, y se convirtió en todo un emblema en Sevilla por su porte oriental.
En 1755 en el convento había 75 religiosos, el terremoto de Lisboa ocasionó graves desperfectos en la iglesia y en el convento. En 1810, con la invasión francesa de Sevilla, el convento fue exclaustrado. El inmueble sufrió destrozos y sus cuadros fueron expoliados. Tras la expulsión de los franceses, los frailes regresaron y acometieron obras de reparación. Encargaron un nuevo retablo mayor y nuevos retablos para los lados del templo.
El convento fue desamortizado en 1835. Fue utilizado como cuartel de la Compañía de Migueletes. Posteriormente, fue vendido y parte fue usado para una fábrica de telas y otra parte como casa de vecindad.
La iglesia permaneció abierta al público tras la desamortización. El régimen surgido de la Revolución de 1868 accedió a la petición del Club Popular Café de Emperadores para usarlo como sede. En el siglo XX el convento fue usado como taller de carruajes y almacén de droguería. En 1979 el inmueble padeció un incendio que afectó a la arquitectura de la iglesia. En los años 80 y 90 se construyeron casas en el entorno que encajonaron los restos del convento.
En la actualidad solo se conservan dos tramos de la iglesia, la portada lateral y la torre. Pertenece a la Hermandad del Cristo de Burgos, que la usa como almacén, si bien, desde que a comienzos de este año se cerrara la parroquia de San Pedro para obras de restauración, la antigua iglesia de los trinitarios descalzos de Sevilla ha recuperado temporalmente el culto diario.
Tanto en la iglesia como en el convento había un rico patrimonio artístico, expoliado por los franceses y que está repartido por medio mundo. Algunos ejemplos: Desposorios de la Virgen en el Museo de Arte de Carolina del Norte; La Virgen con san Juan de Mata y san Félix de Valois en el club de golf Brocket Hall, en Welwyn Hatfield (Reino Unido); El retablo del Cristo de la Redención se conserva en la Iglesia de Nuestra Señora de la Oliva, en Salteras y el facistol en la Iglesia del Salvador, Sevilla. Por desgracia, los ocho frescos de Lucas Valdés sobre la historia de la Orden que estaban en el claustro, siguen desaparecidos.