Entrevista con el P. Felipe Bustinza, misionero trinitario en Madagascar durante 53 años
Hemos hablado con el P. Felipe Bustinza, misionero trinitario en Madagascar desde 1961, o sea ya 53 años de misionero. Le he pedido que nos informe sobre la vida y apostolado de los trinitarios en Madagascar.
P. Gotzon: En primer lugar, ¿cuál es la situación política y económica social de Madagascar?
P. Felipe: Antes de nada un saludo cordial a la Dirección, colaboradores y lectores de Hoja Trinitaria. Yo la leo con mucho gusto y saco provecho de los buenos artículos que se publican. La situación política de Madagascar no es buena, que digamos. Dicen que cada país tiene los gobernantes que se merece, pero creo que Madagascar es una excepción. Yo llegué a Madagascar el 1 de Febrero de 1961, ocho meses después de la independencia, y tengo que decir que en aquel entonces Madagascar era la “nosy sambatra”, la “Isla feliz”, como se la llamaba. Había orden, paz y seguridad. Han sido 7 los presidentes que se han sucedido desde entonces. Teníamos cifradas muchas esperanzas en el actual, Ravalomanana Marc, que fue elegido por primera vez el 21 de diciembre de 2001 y reelegido el 3 de diciembre de 2006.
Hay que reconocer que durante el primer mandato hizo bastantes cosas, distinguiéndose sobre todo en la mejora de la enseñanza y de las carreteras. Pero, al ser reelegido, parece que se le han subido los humos a la cabeza. Convocó un referéndum para poder cambiar la Constitución otorgándose él mismo todo el poder. La conferencia episcopal católica hizo una declaración, considerando tal referéndum inoportuno y subrayando como prioritario el ocuparse de las regiones que habían sido azotadas por los ciclones. El referéndum tuvo lugar el 4 de abril. Votó sólo el 44%, pero el 35% de los votantes dijo Sí. El cambio está aprobado, pero al ser tan pocos los votantes parece que el presidente tiene miedo a actuar. Se han enfriado las relaciones con la Iglesia católica, sobre todo porque el gobierno ha expulsado a un jesuita francés que era la cabeza pensante de los intelectuales malgaches (quincenalmente hacían con él un análisis de la marcha de la nación). Yo creo que el gobierno y la Iglesia católica deberían aunar sus fuerzas en bien de los malgaches. Los perdedores van a ser los malgaches. La situación social es de extrema pobreza. Los malgaches viven peor que en 1961. Dos ejemplos: El jornal diario de un obrero no cualificado no llega a un euro y el salario mínimo es de 30 €; sin embargo un litro de gasolina cuesta más de 1 € y un saco de cemento más de 10 €.
P. Gotzon: ¿Cómo va la situación de la nueva provincia trinitaria de Madagascar? ¿Cómo están las vocaciones y la formación?
P. Felipe: Los trinitarios llegaron a Madagascar en 1962. Su objetivo fue evangelizar e implantar la Iglesia. Lo hicieron en Miarinarivo, Tsiroanomandidy y Ambatondrazaka. Una vez implantada la Iglesia en esos lugares, comenzamos con las vocaciones trinitarias hacia el año 1980 y el Señor nos ha bendecido. Tenemos actualmente 37 sacerdotes trinitarios malgaches, 8 diáconos, 42 estudiantes de Filosofía y Teología, 12 novicios, 14 postulantes, 45 aspirantes y 22 pre-aspirantes, repartidos en seis casas de formación, es decir, en total 143 jóvenes. El gran problema es el económico. Como la situación de Madagascar es tan precaria, nos sentimos obligados a ayudar a las familias de esos jóvenes. Por otra parte, la pastoral no está remunerada en Madagascar. Es por ello que la formación de estos jóvenes no es la mejor, debido a la falta de libros y medios de trabajo intelectual. Se vive pobremente. A veces da pena el ver cómo se come en nuestros estudiantados.Y lo bueno es que los mismos trinitarios malgaches comienzan a ser misioneros. Por ejemplo, el maestro de nuestros novicios en Gabón es un malgache y también el maestro de estudiantes en Congo-Brazzaville… Pero una buena formación religiosa-trinitaria-sacerdotal es esencial y me temo que por falta de medios no demos a nuestros jóvenes una formación adecuada. Agradecemos a las cinco provincias de origen de los misioneros que nos siguen ayudando, y a los bienhechores de Italia y España que nos ayudan con las becas. Invito a todos los lectores de Hoja Trinitaria a orar por las vocaciones trinitarias de Madagascar y a ayudarnos según sus posibilidades.
P. Gotzon: Teniendo en cuenta lo que me has contado, ¿cuáles son vuestras obras sociales?
P. Felipe: Desde un principio, los trinitarios han estado con el pueblo, ayudándoles sobre todo en la educación (escuelas) y la sanidad (dispensarios). En los años 80 comenzamos a trabajar en las cárceles. Y en el primer capítulo provincial (enero de 1996) hicimos la opción preferencial por el trabajo en las cárceles. El capellán nacional de las cárceles es un trinitario y, allá donde hay una cárcel y un trinitario, éste será el capellán de la cárcel. De los 18.000 presos que hay en Madagascar, más de la mitad están en las doce cárceles atendidas por los trinitarios. La labor de un capellán en España es muy distinta que en Madagascar. Allí tenemos que pensar en cómo ayudar a los presos procurándoles medicinas y comida. Muchos arreglos de la cárcel los hacemos nosotros. Este mes de julio, por ejemplo, han estado trabajando en la cárcel de Tsiroanomandidy, de la que soy capellán, 4 jóvenes de Málaga y han arreglado la cocina, los sanitarios y los dormitorios.
Trabajamos también con dispensarios, centros de discapacitados (físicos y psíquicos), escuelas profesionales, centro de leprosos, residencia de ancianos y, sobre todo, escuelas (son más de 100 las construidas por los trinitarios). Tenemos entre manos nuevos proyectos: Un centro profesional de agricultura y ganadería, una escuela de corte y confección y un internado para niños huérfanos.
P. Gotzon: ¿Algo más, Felipe?
P. Felipe: No me queda más que dar gracias a la Trinidad que bendice nuestra labor y a todos los misioneros de retaguardia que nos apoyáis con vuestra oración y vuestra ayuda económica.
Realizó la entrevista: P. Gotzon Vélez de Mendizabal
(Entrevista publicada en la Revista Hoja Trinitaria en el año 2007)