A los miembros de la OSST:
Quisiera presentarme en primer lugar. Mi nombre es Pedro González Escribano y pertenezco a la parroquia de San Juan de Mata de Alcorcón, iglesia donde fui bautizado hace casi 24 años. En el año 2015 se me dio la oportunidad de participar como catequista de grupos de comunión, y desde entonces he estado vinculado a las actividades pastorales de la parroquia. Dado que es la pastoral juvenil lo que más me afecta, me centraré en ello.
Los jóvenes, por la etapa vital en la que nos encontramos, tendemos a tener una energía y un dinamismo mucho más acentuado. Para llegar a las nuevas generaciones con el mensaje de Jesús se necesita de esa energía y de esas ganas. Comprendí esto hace muchos años, que los jóvenes somos un vehículo muy potente para transmitir la fe a otros jóvenes.
Tras la unificación de las dos provincias y tras el pasado capítulo, en el cual la Orden puso entre sus prioridades la pastoral juvenil, descubrí una parte de la Orden que aún no había conocido: la Pastoral Juvenil Vocacional trinitaria. Desconocía la existencia de una pastoral juvenil tan extendida y organizada, en la cual además los jóvenes teníamos un papel muy importante. Entendí que participar de la PJV trinitaria podía enriquecer enormemente la pastoral juvenil aquí en Alcorcón.
En este tiempo he procurado ayudar a la Orden en ese objetivo de potenciar la pastoral juvenil y también poniéndome a disposición de mi comunidad parroquial y los hermanos trinitarios para poner en marcha todas las actividades que se ofrecieran. Se han puesto las primeras piedras, pero queda mucho por hacer, aunque ganas de trabajar no faltan. Sin embargo, creo que faltan manos. En mi opinión, este es uno de los retos que deben afrontarse. Creo que un objetivo debe ser que en los próximos años tengamos muchos más catequistas, monitores o acompañantes jóvenes que formen a otros jóvenes de cada comunidad. Para esto es imprescindible contar de forma decidida con los jóvenes que haya y darles un papel.
Desde mi punto de vista, la pastoral juvenil vocacional trinitaria debe tener como fines principales transmitir la fe en Cristo, la obra de San Juan de Mata y San Juan Bautista de la Concepción, así como ayudar a los jóvenes a encontrar su vocación cristiana dentro de la Orden, ya sea como laicos o religiosos. Pero también debe ser una herramienta de revitalización de nuestras comunidades. Ese es uno de mis deseos para la provincia en el nuevo trienio que se avecina: revitalizar nuestras parroquias para llegar a muchas más personas.
Para lograr grupos juveniles dinámicos que revitalicen nuestras comunidades es imprescindible el apoyo de los laicos. Los laicos debemos ayudar a los sacerdotes, guiados siempre por ellos, pero facilitando su labor. Esto es tanto un deseo, como un desafío, en la medida que ojalá Dios quiera que muchos más laicos estén dispuestos a comprometerse con sus comunidades, a la par que los sacerdotes de dichas comunidades no tengan miedo en coger la mano de aquellos que la tienden.
Con un inmenso cariño por la Orden, os deseo a los hermanos trinitarios un próspero capítulo, del que se salga más fuerte y con un espíritu joven, es decir, con energía. Los jóvenes estaremos esperando, dispuestos, manos a la obra para trabajar al servicio de la Orden para alcanzar los objetivos de la PJV trinitaria y de la propia Orden.
Con aprecio.
Pedro González Escribano
PJV Alcorcón