Este fin de semana, la ciudad de Alcázar de San Juan ha sido anfitriona del XXII Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías Trinitarias. Este evento reunió a cofradías de todo el país en torno al espíritu y carisma de la Orden de la Santísima Trinidad, en un espacio para reforzar el compromiso trinitario y el sentido de hermandad. Participaron numerosas delegaciones provenientes de ciudades como Algeciras, Baeza, Ceuta, Dos Hermanas, Huelva, Jaén, Jerez de la Frontera, Sevilla, Úbeda, La Solana y Valdepeñas, entre otras, que junto a la hermandad anfitriona, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, ofrecieron una muestra de unión, fe y devoción.
La ceremonia inaugural fue presidida por la alcaldesa de Alcázar de San Juan, Rosa Melchor, en compañía de Eduardo Coto, presidente de la Confraternidad de Hermandades Trinitarias, Ángel Luis Montalvo, párroco local y superior trinitario, y Carlos Ortiz, hermano mayor de la Hermandad de Jesús Nazareno.
Uno de los momentos clave del encuentro fue la conferencia a cargo del P. Francisco Jesús Ferrer Serrano, trinitario, que con la “Cátedra Padre Fray Isidoro Hernández” se centró en la figura de San Simón de Rojas. Este santo trinitario, considerado “un trinitario cofrade” del Siglo de Oro español, fue abordado desde una perspectiva moderna, destacando su relevancia para el desarrollo de las cofradías y el enriquecimiento espiritual de sus miembros. La ponencia enfatizó la importancia de un compromiso genuino con el carisma trinitario, en el que la redención y la entrega al prójimo sean una misión clara y permanente. San Simón de Rojas, a través de su vida y legado, inspira a las hermandades a vivir un sentido profundo de responsabilidad y entrega hacia la Iglesia y hacia los más necesitados, recordándoles que su carisma es un llamado a una vida de servicio.
Además, el P. Francisco Jesús habló sobre la necesidad de cultivar una fe sólida que provenga tanto de la oración vocal como de la contemplativa, resaltando cómo estos dos tipos de oración permiten un encuentro más auténtico con Dios. Para las cofradías, que realizan actividades tanto espirituales como caritativas, esta dualidad se convierte en un eje esencial que marca su identidad y compromiso, reforzando la idea de que Cristo debe estar en el centro de todas sus acciones y pensamientos. Esto significa que cada acto y cada decisión deben estar alineados con el ejemplo de Cristo, lo cual contribuye a que cada cofradía viva una espiritualidad centrada en lo esencial.
Uno de los aspectos que más se destacó fue el equilibrio entre la vida de oración y la vida caritativa. El P. Francisco Jesús explicó cómo el ejemplo de San Simón de Rojas enseña a encontrar armonía entre estos dos aspectos, que deben impulsarse mutuamente para reflejar la verdadera esencia cristiana trinitaria. En una sociedad donde las demandas y preocupaciones pueden desviar la atención de la vida espiritual, las cofradías encuentran en esta armonía un camino hacia una identidad más auténtica y fiel.
La profundidad en cada acción y la reflexión constante son también pilares que guían a las hermandades en su misión. San Simón de Rojas enseñó a ver el mundo a través de los ojos de María, con una mirada de madre y de compasión hacia el prójimo. Las cofradías, al seguir esta enseñanza, adoptan una visión de ternura y empatía que les permite realizar sus obras de manera desinteresada y generosa. Este enfoque maternal hacia el servicio es una forma de ofrecer a los hermanos y hermanas una vida de fe que les permita crecer y profundizar en su espiritualidad.
Para los cofrades, la vida piadosa se convierte en una vía hacia el encuentro con el Señor, un camino que fortalece y transforma su relación con Dios Trinidad. Este aspecto de la piedad, subrayado en la ponencia, enfatiza la importancia de vivir cada acto de fe no como un ritual, sino como una experiencia de crecimiento espiritual y un momento de renovación. La misión de las cofradías, entonces, se traduce en facilitar este camino de fe y reflexión para sus miembros, promoviendo una vida cristiana que sea tanto activa como contemplativa.
El encuentro también incluyó una serie de actividades que permitieron a los asistentes disfrutar de la riqueza cultural y espiritual de Alcázar de San Juan. Las visitas a la Iglesia Conventual de la Santísima Trinidad y a la Parroquia de Santa Quiteria ofrecieron una oportunidad para conectar con la historia religiosa de la ciudad, mientras que las degustaciones gastronómicas y otras actividades culturales añadieron una experiencia única de integración. Entre las conferencias destacadas, los padres trinitarios Vicente Elipe y Antonio Jiménez presentaron la charla titulada «Acompañando a personas privadas de libertad: El camino hacia la libertad», una reflexión sobre el acompañamiento pastoral y la atención a quienes se encuentran en reclusión, uno de los compromisos fundamentales de la Orden Trinitaria.
La música cofrade se hizo presente gracias a la actuación de la Agrupación Musical “El Perdón”, y el grupo local “La Camerata Cervantina” mostró la riqueza musical de la región. Además, los asistentes tuvieron la oportunidad de presenciar una molienda tradicional en el cerro de Los Molinos, donde disfrutaron de las vistas panorámicas de la llanura manchega, un escenario ideal para cerrar el encuentro con un toque de tradición y cultura manchega.
El XXII Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías Trinitarias en Alcázar de San Juan ha sido un evento de profunda espiritualidad y unión, donde cada actividad y reflexión ha buscado fortalecer el compromiso trinitario y el sentido de la Confraternidad.
El próximo encuentro tendrá lugar en la localidad sevillana de Dos Hermanas, y será organizado por la Real y Trinitaria Hermandad del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Esperanza. Este nuevo encuentro en 2025 promete continuar fortaleciendo la Confraternidad Trinitaria y renovando el compromiso con el carisma de la Orden.
Fotografías: Jose Ángel Albacete