Queridos hermanos en Dios Trinidad:
Recuerdo nítidamente la primera mañana que llegué a nuestro colegio de Alcorcón, treinta y dos años que han pasado en un suspiro, parece que fue ayer, no exento de anhelos y desvelos. Siempre le he dado gracias a Dios y a San Juan de Mata por haberme puesto en este camino. A lo largo de estos años como profesora, orientadora y también directora, he sentido y siento que nuestro carisma está vivo cada día, que nuestra misión, entrega y servicio son cada día más necesarios.
Cada Capítulo es un momento extraordinario marcado por su singularidad y trascendencia. Acabo de regresar de Roma, he acompañado a nuestros alumnos de 4º ESO en su viaje fin de Etapa. Os aseguro que, en muchos momentos, pero especialmente cuando hemos estado en San Carlino alle Quattro Fontane, he percibido claramente como nuestro carisma, cada paso que damos con nuestros jóvenes, deja huella. Más que nunca en un contexto caracterizado por la falta de modelos de ejemplaridad, de principios, de valores y ética, nuestra Orden, nuestras parroquias, nuestros colegios, nuestra pastoral juvenil y vocacional, nuestras cofradías, SIT, nuestro laicado… son necesarios como ejemplos de autenticidad, de guía, de fe, de amor, de luz en el camino y esperanza.
Tenemos que continuar ayudando a descubrir el mensaje de Jesús y la importancia de los valores más esenciales que deben iluminar la vida de una persona y todo ese proceso ha de encaminarse a perseguir con todas las fuerzas y sin descanso la verdad que fundamenta la libertad de las personas. El Niño a quien adoraron los Magos en Belén nos dijo que “la Verdad os hará libres”. Yo estoy cada vez más convencida de que esas palabras no solo tienen vigencia hoy, sino que, en un mundo donde se prima la opinión pasajera y la noticia inconsistente, hemos de acompañar a nuestros alumnos y alumnas, a nuestros jóvenes a que sean cada vez más críticos y analíticos en aras de una mayor libertad personal.
Hay quien compara a un colegio con un cuerpo, articulado y compacto, pero no un cuerpo estático, sino un cuerpo en movimiento. Se dice que los Reyes Magos “no se pusieron en camino porque hubieran visto la estrella, sino que vieron la estrella porque se habían puesto en camino”. Me parece que estas palabras recogen un aspecto a resaltar, toda institución debe sentirse llamada a estar en permanente movimiento, búsqueda y camino. No puede haber descubrimientos sin que nos pongamos en marcha para hallarlos, y hallarlos juntos. Nosotros debemos avanzar juntos, compartiendo ideas, propósitos y logros. Todos debemos sentirnos llamados a este “caminar juntos”, como familia trinitaria que somos.
Humildemente, permitidme que os pida, que en este Capítulo se siga teniendo muy presente a los jóvenes, el acompañamiento que necesitan y la pastoral juvenil y vocacional.
Tenemos que mirar al futuro con esperanza, con ilusión y asumiendo los desafíos como posibilidades de mejora. Nuestra misión, nuestro carisma y los valores propios de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos siguen más vivos que nunca, de hecho, creo que son imperecederos. LLAMADOS PARA LIBERAR.
No quisiera acabar estas líneas sin expresar mi gratitud más sincera a la Orden Trinitaria, a mis hermanos trinitarios y a la Fundación Educativa Santísima Trinidad por haberme dado la oportunidad de formar parte de esta gran familia y de este proyecto, que ha sido y es, mi proyecto de vida. Muchas gracias a todos.
Mis mejores deseos para este nuevo Capítulo que comienza, que San Juan de Mata y el Espíritu Santo nos precedan, acompañen e iluminen cada día.
Gloria Ramos Núñez
Profesora y orientadora FEST
Colegio Santísima Trinidad – Alcorcón