Marcos Criado Guelamo (Andújar, 25 de abril de 1522 – La Peza, 25 de septiembre de 1569) fue un destacado religioso de la Orden de la Santísima Trinidad, conocido por su profunda fe y valentía. Durante la rebelión de los moriscos en La Peza, Granada, sufrió el martirio por defender su fe y por su labor pastoral con los cristianos de la región. Su testimonio de vida y sacrificio lo llevaron a ser beatificado el 24 de julio de 1899 por el Papa León XIII, siendo recordado como un ejemplo de entrega a los valores cristianos y trinitarios.
Infancia y Vocación Religiosa
Marcos nació en una familia acomodada de Andújar. Desde pequeño mostró gran devoción, asistiendo con frecuencia al convento de los trinitarios de su ciudad y sirviendo como monaguillo. A los nueve años, tras la muerte de su madre, se dedicó aún más a la oración, especialmente en la ermita de la Virgen de la Cabeza, donde prometió entregarse completamente a Dios. Cumplido ese compromiso, ingresó en la Orden de la Santísima Trinidad en 1536, renunciando a los bienes materiales que repartió entre el convento, los cautivos y los pobres.
Vida Religiosa y Humildad
Desde su ingreso en la Orden, Marcos mostró una profunda humildad, sirviendo en los oficios más sencillos y evitando cualquier honor que pudiera nublar su humildad. A pesar de su brillante capacidad oratoria, optaba por realizar tareas como la de sacristán, utilizando cualquier limosna para mejorar la iglesia del convento. Este espíritu de humildad se consolidó en sus estudios de teología y filosofía, y a pesar de ser un erudito, siempre buscaba recibir humillaciones para crecer en virtud.
Misión en las Alpujarras y Martirio
Su vida dio un giro trascendental con la revuelta de los moriscos en las Alpujarras. En 1560, atendiendo la petición del Papa Pío IV, fue enviado como misionero para fortalecer la fe de los cristianos que vivían bajo el acoso de los moriscos. A pesar de los obstáculos, continuó predicando con valentía. Finalmente, fue capturado por un grupo de moriscos en La Peza, donde fue sometido a crueles torturas durante varios días, negándose siempre a renegar de su fe en Cristo. El 25 de septiembre de 1569, tras no conseguir que apostatara, fue asesinado de manera brutal. La tradición cuenta que en el momento de su muerte, su corazón, al ser extraído, mostró un resplandor con el nombre de Jesús.
Legado y Beatificación
El sacrificio de Marcos Criado dejó una profunda huella en la comunidad cristiana de su época, convirtiéndose en un símbolo de fe inquebrantable y devoción al servicio de los demás. Su martirio fue rápidamente reconocido, y su fama de santidad se extendió. Finalmente, fue beatificado por el Papa León XIII en 1899, siendo hoy venerado como el Beato Marcos de Criado, un verdadero mártir de la fe y un ejemplo de los ideales trinitarios.