Entre los mártires de la persecución religiosa vivida en España entre 1931-1939, se encuentran los beatos Mariano de San José y compañeros: nueve religiosos y una monja de clausura de la Orden de la Santísima Trinidad. A ellos hay que añadir un laico, el beato Álvaro Santos Cejudo, bienhechor de la Orden. Son once espléndidas figuras, testigos de Cristo muy próximos a nosotros, que dieron su vida por ser fieles a su fe cristiana. Para evitar repeticiones, decir que los dos primeros frailes pertenecieron a la comunidad trinitaria del Santuario de la Virgen de la Fuensanta, en Villanueva del Arzobispo (Jaén); los tres siguientes, a la del Santuario de la Virgen de la Cabeza, en Andújar (Jaén); los cuatro últimos, a la de Belmonte (Cuenca).
Beato Mariano de San José (Santiago Altolaguirre Altolaguirre). El más anciano del grupo nació en Yurre (Vizcaya) en 1857. Perteneció a la primera generación de la restauración de la Orden en España. La mayor parte de su vida religiosa la pasó en el Santuario de la Fuensanta, en Villanueva del Arzobispo, donde sufrió un martirio atroz el 26 de julio de 1936. Fue un hombre sencillo y bondadoso, dotado del don de consejo, celoso sacerdote y perfecto religioso, muy devoto de la Virgen.
José de Jesús María (José Vicente Ormaechea y Apoitia). Nació en Navárniz (Vizcaya) en 1880. Su vida religiosa transcurrió en España y Cuba. Superior de la comunidad trinitaria de Villanueva, padeció lo indecible durante el mes largo de su prisión. Fue martirizado en el mismo pueblo el 4 de septiembre de 1936. Sus restos, junto con los del Padre Mariano, reposan en el Santuario de la Fuensanta.
Beato Prudencio de la Cruz (Prudencio Gueréquiz Guezuraga). Nació en Rigoitia (Vizcaya) en 1883. Fue un religioso dedicado a la oración y al ministerio sacerdotal, de carácter silencioso y prudente, admirado por sus virtudes. Cuando la comunidad trinitaria del Santuario de la Cabeza fue detenida y obligada a abandonar su convento, él fue el único que se negó a despojarse del hábito: “si nos matan por ser religiosos, estoy muy conforme de morir como tal”. Fue martirizado en Andujar el 31 de julio de 1936.
Beato Segundo de Santa Teresa (Segundo García Cabezas). Nació en Los Barrios de Nistoso (León) en 1891. Su vida religiosa transcurrió en España, Italia y Argentina. Fue una persona de vasta cultura, un fraile simpático, buen escritor, de gran imaginación. Fue martirizado en Andujar el 31 de julio de 1936. Momentos antes de morir, ofreció un cigarrillo a cada uno de los escopeteros, como un gesto de perdón y simpatía.
Beato Juan de Jesús María (Juan de Otazua y Madariaga). Nació en Rigoitia (Vizcaya) en 1895. Fue un extraordinario músico, buen cantor, de carácter tímido, recordado por su bondad. Del P. Juan llama la atención su larga espera del martirio, habiendo permanecido varios meses preso en Andujar y Jaén. Fue martirizado el 3 de abril de 1937 en Mancha Real (Jaén). Sus compañeros de prisión quedaron impresionados al oír cantar al P. Juan cuando lo llevaban al lugar de su muerte.
Beato Luis de San Miguel de los Santos (Luis Erdoiza Zamalloa). Nació en 1891 en Amorebieta (Vizcaya). Fue conventual de diversas comunidades trinitarias, en España, Italia y Austria. Dotado de gran inteligencia, políglota experto, el P. Luis pasó muchos años enfermo, entre grandes dolores que le hicieron sufrir mucho, edificando con su paciencia a cuantos le conocían. Fue martirizado en Cuenca el 24 de septiembre de 1936.
Beato Melchor del Espíritu Santo (Melchor Rodríguez Villastrigo). Nació en Laguna de Negrillos (León) en 1899. Buena parte de su vida la dedicó a la enseñanza en Alcázar de San Juan, donde dejó una profunda huella por sus dotes pedagógicas y su entrega generosa a los jóvenes. Nombrado superior de la comunidad de Belmonte en 1936, llevaba poco tiempo en esta villa cuando se produjo la detención de la comunidad trinitaria. Fue martirizado en Cuenca el 24 de septiembre de 1936.
Beato Santiago de Jesús (Santiago Arriaga y Arríen). Nació en Líbano de Arrieta (Vizcaya) en 1903. Joven simpático y extrovertido, dotado de una extraordinaria voz de tenor, fue nombrado maestro de los estudiantes trinitarios de Belmonte, para los que fue un auténtico padre. Habiéndose desatado la persecución religiosa, no descansó hasta poner a salvo a sus estudiantes. Habiendo sido descubierto mientras acompañaba a dos de ellos, fue detenido y llevado a prisión. Sufrió el martirio en Cuenca el 24 de septiembre de 1936.
Beato Juan de la Virgen del Castellar (Juan Joya Corralero). Nació en Villarrubia de Santiago (Toledo) en 1898. Es el primer hermano cooperador de la Orden que sube a los altares. Suplió la carencia de instrucción con sus dotes pedagógicas y con su imaginación para encantar a los niños en la organización de catequesis y fiestas religiosas. El más internacional de nuestros mártires (vivió en España, Italia, Argentina y Chile) sufrió el martirio en Cuenca el 24 de septiembre de 1936.
Beata Francisca de la Encarnación (María Francisca Espejo Martos). Nació en Martos (Jaén) en 1873. Huérfana de madre, entró muy pequeña en el convento de monjas trinitarias de su ciudad natal, donde pasó toda su vida como una humilde, trabajadora y fervorosa religiosa de clausura, prácticamente desconocida para la mayoría de sus conciudadanos. Sufrió el martirio en Casillas de Martos (Jaén) el 13 de enero de 1937. Es la primera religiosa trinitaria que sube a los altares en la historia de nuestra familia religiosa.
Su fiesta se celebra el 13 de enero.
Beato Alvaro-Santos Cejudo Moreno. Nació en Daimiel (Ciudad Real) en 1880. Padre de familia, maquinista de la Renfe, fue un hombre profundamente cristiano, trabajador honrado, miembro de la Adoración Nocturna. Por su fama de persona católica y por tener dos hijas monjas trinitarias, fue detenido y encarcelado en Santa Cruz de Mudela. El 17 de septiembre de 1936 fue trasladado a la iglesia de los trinitarios de Alcázar de San Juan, convertida en prisión, y esa misma noche fue fusilado en el cementerio de la misma ciudad. Sus reliquias se veneran en la iglesia trinitaria de Alcázar de San Juan.
La fiesta de memoria de todos estos mártires se celebra el 6 de noviembre.