En la tradición trinitaria encontramos otros santos que han formado parte de la misma pero de los que hay pocos datos sobre su existencia o su canonización.
San Arturo. Originario de Irlanda, ingresó en la Orden movido por su espíritu redentor. Fue enviado a Oriente para participar en diversas redenciones de cautivos. Según las crónicas de la Orden visitó los Santos Lugares y posteriormente se trasladó a Babilonia, donde fue hecho prisionero y quemado vivo. Su veneración se difundió ampliamente desde el siglo XIII. Su fiesta se celebra el 1 de septiembre.