Mártires de Úbeda, en 1368 fue atacada la ciudad de Úbeda desde el Reino Nazarí de Granada y destruída la Casa de la Santísima Trinidad y su iglesia. Hicieron cautivos a 42 trinitarios, solo 9 pudieron escapar, la mayoría de los cuales murieron allí mismo atravesados por las espadas musulmanas para después quemar sus cuerpos, el resto fueron llevados cautivos a Granada pero ninguno llegó vivo.
Antonio da Conceiçao, trinitario calzado portugués, junto a José de la Madre de Dios y a Ignacio Tavares realizó una redención en Marrakech en 1579 de 232 cautivos, que fueron conducidos por José de la Madre de Dios a Mazagán, plaza portuguesa africana bien fortificada, y desde allí a Lisboa. Mientras, Ignacio y Antonio quedaban en la ciudad para cuidar a los enfermos y atender sacramentalmente a los cautivos. Fueron encarcelados en varias ocasiones por su celo ministerial. Realizaron una nueva redención de 200 cautivos, que fueron acompañados a España por el embajador. Los redentores fueron denunciados ante el rey de Marruecos por no pagar el impuesto de la quinta parte del rescate. Cuando se negaron a pagar este impuesto por considerarlo abusivo, fueron encarcelados hasta que desde España el embajador Venegas de Córdoba hizo de fiador. En 1587 fue encarcelado fr. Antonio acusado de apología del cristianismo y de procurar la abjuración del islam de algunos soldados portugueses que habían dejado el cristianismo. En la mazmorra enfermó, fue el mismo Ignacio Tavares quien le llevó el viático, con gran sencillez se despidió de sus compañeros de cautiverio y murió el 20 de mayo de 1589. Fue sepultado en el cementerio de los cristianos, a las afueras de la ciudad. Murió con fama de santidad, pronto se ordenó que se tomaran datos de su vida y de su muerte para abrir el proceso de su canonización, sin embargo todo se paralizó y no se logró la declaración de sus virtudes.
Ignacio Tavares, murió mártir en la mazmorra de Marrakech en 1592, donde tras la muerte de fr. Antonio siguió auxiliando a los cautivos cristianos y liberando a cuantos podía.
Bernardo de Monroy (1559-1622), trinitario calzado español y Redentor de Cautivos murió en las mazmorras de Argel tras trece años de cautiverio junto a Juan de Palacios y Juan del Águila. Su cuerpo es el único que se pudo recuperar y está en la capilla de la Casa Trinitaria de Andújar.
Juan de Palacios (1560-1616), trinitario calzado español y Redentor de Cautivos muere en las mazmorras de Argel tras siete años de cautiverio junto a Bernardo de Monroy y Juan del Águila.
Juan del Águila (1563-1613), trinitario calzado español y Redentor de Cautivos muere en las mazmorras de Argel tras cuatro años de cautivero junto a Bernardo de Monroy y Juan de Palacios.
Detalle de los tres mártires españoles de Argel
El 9 de marzo de 1609 se embarcaron en Denia rumbo a Argel los tres redentores nombrados por el Ministro Provincial de Castilla: Bernardo de Monroy, Juan de Palacios y Juan del Águila donde finalmente llegaron el 1 de abril, tras sortear no pocos peligros meterológicos y de piratas. Pasada la octava de Pascua comenzaron a vender las mercancías y a tratar los rescates. Hasta mediados de mayo de 1609 rescataron 130 cautivos cristianos, 69 de ellos liberados directamente del fondo de redención del Condestable de Castilla. Una vez concluida la redención y pagados todos los derechos de embarcación y salida de la ciudad, Monroy se disponía a regresar a España con los cautivos liberados el 13 de mayo, y ya en el barco se le presentó un emisario pidiéndole que se presentara de inmediato ante el Duán, o Consejo de Gobierno. Allí la comunicaron su detención como prisionero. El motivo era que Fátima, una niña de unos 10 años, hija de Mamet Axá, un poderoso turco de la ciudad, había sido tomada cautiva por los genoveses y tras rescatarla en Livorno, llegó noticia de que la habían obligado a bautizarse en Calvi, puerto de Córcega, de manos del obispo de Saona. El Duán había decidido retener a los tres redentores trinitarios, revocando la libertad otorgada a los 103 cautivos, y obligando a que Bernardo de Monroy tramitara la entrega de la niña. No estaba en la mano de los redentores trinitarios esa embajada, y el sábado 16 de mayo fueron encarcelados en el Baño del Rey, donde recibieron malos tratos, estrechas prisiones y mal comer. La presión diplomática fue grande durante el cautiverio de los tres religiosos. Todos los gobiernos cristianos de Europa y el mismo papa, escribieron numerosas cartas a las autoridades musulmanas de Argel y del Imperio Otomano para que se liberara a los religiosos y a los cautivos por los que se había pagado el rescate. Pero todo resultó vano.
En los años de prisión desarrollaron un importante trabajo con los cautivos, ayudándoles a mantener la fe y a resistir las pruebas. Administraban los sacramentos y les curaban de sus heridas. Incluso, con permiso del Bajá, fundaron un hospital en el interior de las mazmorras en 1612, que incluía un pequeño aposento a modo de iglesia con el título de la Santísima Trinidad. Al frente del hospital estaban un médico-barbero natural de Lavaxos y un enfermero, Pedro de Torres Miranda, natural de Madrid que después fue quemado vivo por no renegar de su fe. Desde la prisión continuaron su labor redentora e hicieron llegar a tierras cristianas a muchos cautivos. En carta de 9 de enero de 1613 Monroy habla de 58 rescatados, y en otra de 29 de abril de 1615 habla de más de 400. El dinero lo recibían de los trinitarios de Madrid, en especial de Simón de Rojas que como Ministro Provincial de Castilla les envió en una ocasión 60.000 reales y en otra 22.000 reales.
Los tres murieron de muerte natural, tras sufrir innumerables penalidades y malos tratos. Juan del Águila murió el 5 de junio de 1613, Juan de Palacios el 20 de septiembre de 1616 y Bernardo de Monroy el 31 de julio de 1622.
Lucien de Herault, trinitario calzado reformado francés, Redentor de Cautivos. En la redención realizada en Argel en 1645, una vez liberados el trinitario Boniface Dubois, que había quedado como rehén en 1643, y 110 cautivos, la reuna Ana de Austria le dio orden de rescatar a tres religiosos franciscanos capuchinos, como no le alcanzó el dinero se quedó como rehén en lugar de los capuchinos. A causa de los sufrimientos, el hambre y la enfermedad murió el 22 de diciembre de 1645.
Cornelio O'Connor, nació en Adare, diócesis de Limerick en Irlanda. Tras ordenarse sacerdote en Bruselas fue a predicar a Inglaterra, donde sufrió no pocos tormentos. Enterado de que su madre estaba encarcelada a causa de su fe católica regresó a Irlanda, queriendo renovar la Orden Trinitaria en Irlanda fue a Paris para encontrarse con el Ministro General Louis Petit que lo admitió en la Orden y le dio licencia para reabrir la Casa Trinitaria de Adare, el primer religioso en ingresar fue Eugenio Daly, ambos fueron a realizar el noviciado en Clermont-en-Beauvais, Francia. Nombrado Cornelio Ministro de Adare, cuando se dirigían en barco a Inglaterra fueron asaltados por el pirata John Plunket que cumplió con la orden de echar atados al mar a cuantos religiosos encontrara. Era el 15 de enero de 1645.
Eugenio Daly, mártir de la persecución de Inglaterra junto a Conerlio O'Connor en 1645.
Pedro de la Concepción Garrido, nació en Porcuna, Jaén, en 1611. Tras enviudar en 1649 dedicó su vida a aliviar el sufrimiento de los cautivos cristianos, tanto en el norte de África como en América. Se hizo cofrade trinitario y colaboró con la obra de los trinitarios en Argel, especialmente en los hospitales de cautivos. Antes de regresar a Argel donó toda su obra hospitalaria al convento trinitario de Madrid. Un viernes, 17 de junio de 1667, entró en una mezquita y predicó la fe cristiana delante de todos. Fue condenado a morir quemado vivo, hecho que se cumplió dos días después.
Juan de Jesús María, trinitario descalzo español, en la redención de los años 1668-1669 en Fez fue a recoger a Ceuta el dinero de la rescate de 130 cautivos pero llegó la noticia de que se había bautizado a la fuerza a una niña de 9 años en Gibraltar, la redención quedó suspendida pero viendo el rey Huley Amí que no conseguiría nada dio permiso a fr. Juan para ir a Ceuta a por el dinero del rescate. En la travesía su barco fue atacado por corsarios y fr. Juan llevado cautivo a Argel donde lo vendieron por 2680 pesos. Murió en las mazmorras antes de poder ser rescatado, auxiliando siempre a sus compañeros de cautiverio.
Juan de la Natividad, había nacido en Ubrique en 1750 e ingresó en los trinitarios descalzos de Granada en 1766. En 1807 fue elegido Ministro General, cuando cumplía este ministerio, yendo de Madrid a Alcalá, acompañado de su secretario, fueron apresados por los soldados franceses y tras maltratarlos y obigarles a renegar de su fe, viendo que no conseguían nada, fusilados el 4 de diciembre de 1808. La beata Ana María Taigi desde Roma tuvo una visión y contó a su confesor el padre Fernando toda la historia tal como había sido.
Félix de la Sagrada Familia (Uriarte Olaeta), nació en Rigoitia, Vizcaya, el 12 de octubre de 1903, tomó el hábito trinitario en el Santuario de Ntra. Sra. Bien Aparecida el 3 de octubre de 1919, profesando allí mismo el 5 de octubre del año siguiente; emitió su profesión solemne en Córdoba el 21 de mayo de 1925 y se ordenó de presbítero en Madrid el 17 de diciembre de 1926. Llevaba poco tiempo destinado en Antequera pero ya se había hecho querer por su sencillez y alegría ya que iba de casa en casa postulando para la restauración del templo, que había sufrido un incendio casual el 30 de abril de 1935. A causa del ambiente de persecución en Antequera la comunidad trinitaria se "encerró" en el convento desde el 19 al 23 de julio de 1936. El 23 por la tarde entraron en el convento 45 escopeteros enviados por el alcalde, la comunidad se reúne en la iglesia ante el Sagrario y la Virgen del Remedio y el padre Félix, que era sacristán, consumió todas las formas consagradas del Sagrario. Cuando los conducían unas horas más tarde a la cárcel municipal dispararon contra los padres Félix e Hipólito Belacortu, el segundo salió herido, el primero murió en la acera de la calle Estepa.
Juan de la Cruz (Barandica y Uriona-Barrenechea), nació en Arrazua, Vizcaya, el 3 de mayo de 1888, tomó el hábito en Algorta el 29 de agosto de 1903 y profesó en Algorta el 30 de agosto del año siguiente. Emitió su profesión solemne en Villanueva del Arzobispo el 12 de noviembre de 1907 y se ordenó de presbítero en Jaén el 13 de agosto de 1911. En el momento de su martirio era sacristán de la comunidad trinitaria de Barcelona. Una vez comenzó la persecución contra los religiosos, habiendo recibido la FAI varias denuncias que afirmaban que los religiosos escondían armas en su convento del barrio de Gracia, la comunidad se dispersó buscando refugio en conventos de religiosas de la zona y en casas particulares. El padre Juan se refugió en casa de Carmen Cardona, presidenta de la Pía Asociación de la Santísima Trinidad, pero el 17 de septiembre de 1936 irrumpieron en la casa emisarios del Comité de la FAI y se llevaron detenido al padre Juan de la Cruz. Poco más se sabe de lo que ocurrió desde esa noche, un grupo de personas amigas de la comunidad reconocieron su cuerpo en el Hospital Clínico el 19 de septiembre de 1936, tenía un orificio de bala en la frente.
Lorenzo de la Concepción (Echeandía Basterrechea), nació en Ajánguiz-Guernica, Vizcaya, el 9 de agosto de 1868, tomó el hábito trinitario en Alcázar de San Juan el 25 de diciembre de 1884 y profesó en Alcázar el 27 de diciembre del año siguiente. Emitió su profesión solemne en Alcázar el 27 de diciembre de 1888 y recibió la ordenación presbiteral en Vitoria el 20 de diciembre de 1890. Durante su vida trabajó como escritor de la revista El Santo Trisagio así como en el confesionario y predicando. En 1907 fue nombrado Ministro de Madrid, cargo que ocupó durante varios trienios, alternándolo con el de Consejero Provincial. Fue elegido Ministro Provincial en 1919. Cuando comenzó la quema de iglesias en Madrid, él se encontraba predicando la novena de la Virgen de la Cabeza en Andújar, el 13 de marzo de 1936 quemaron la iglesia de San Ignacio, atendida por la comunidad trinitaria. Cuatro días después de comenzar la Guerra Civil se refugió en casa de unos amigos y posteriormente en casa de D. José Solís, en la calle Cervantes, sin embargo fue detenido por los milicianos el 14 de agosto. Fue conducido a los sótanos del Círculo de Bellas Artes, a primeras horas de la madrugada del 15 de agosto fue fusilado en el mismo sótano.
Domingo de la Asunción (Pedro Antonio Zamalloa Larrinaga), nació en Amorebieta, Vizcaya, el 18 de octubre de 1883, tomó el hábito trinitario en Algorta el 9 de mayo de 1898 y emitió sus primeros votos allí mismo el 22 de octubre del año siguiente. Emitió la Profesión Solemne en Roma el 23 de octubre de 1902 y recibió la ordenación de presbítero también en Roma el 16 de marzo de 1907. Se había doctorado en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, licenciándose también allí en Sagrada Teología. Ocupó los cargos y oficios de Consejero Provincial y Ecónomo Provioncial, y en 1933 fue elegido Ministro Provincial. El mismo 18 de julio de 1936 junto a otros hermanos de la comunidad de Madrid, comenzó un calvario particular de casa en casa buscando refugio. Se dedicaba a llevar la comunión a religiosas y terciarias refugiadas en casas particulares, en uno de estos "paseos", en la Red de San Luis, junto a la Gran Vía, el 3 de agosto de 1936, fue detenido y conducido a la checa del colegio de Salesianos de Atocha, de allí lo sacaron hacia el puente de Vallecas donde le sacaron los ojos y lo fusilaron al día siguiente.
José María de la Encarnación (Inchaurbe Aldama), nació en Elorrio, VIzcaya, el 13 de mayo de 1892, tomó el hábito trinitario en Algorta el 18 de junio de 1907 y alló profesó sus primeros votos el 21 de junio de 1908. Emitió su profesión solemne en el Santuario de Ntra. Sra. Bien Aparecida el 7 de septiembre de 1913 y recibió la ordenación presbiteral en Córdoba el 18 de julio de 1916. Comenzó sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma pero a causa de la enfermedad los concluyó en Córdoba. Ejerció los oficios de Ministro de Villanueva del Arzobispo, Córdoba y Algorta, así como el cargo de Ecónomo Provincial hasta 1936. Tenía carácter intrépido, sin temer el peligro, su físico robusto le ayudaba a ello. Cuando se dispersó la comunidad de Madrid a causa del comienzo de la Guerra Civil, el padre José María, que era Ecónomo Provincial, siguió velando por los religiosos y quedaba a escondidas con ellos para facilitarles dinero y cubrir otras necesidades personales. Llevaba la comunión a personas piadosas del barrio y celebraba en sus casas la Eucaristía con riesgo de su vida pero sobresaliendo su carácter temerario. Solía decir: "Si me matan por ser religioso, no opondré resistencia, pero si es por política, voy a armar tal alboroto que todo el mundo se va a enterar". Lo detuvieron a los pocos días llevándolo a la cárcel de San Bernardo 72, de donde se escapó aprovechando un bombardeo. La policía se seguía la pista hasta que el 4 de septiembre fue detenido en la pensión de la calle de la Cruz donde se refugiaba, lo condujeron a una checa hasta que en la madrugada del 6 de septiembre de 1936 lo "sacaron" a Puerta de Hierro para fusilarlo.
Religiosas trinitarias mártires del Monasterio de Madrid:
Sor Ángela María del Niño Jesús, natural de Ponferrada donde nació el 5 de abril de 1893. Murió fusilada en Madrid el 2 de noviembre de 1936.
Sor Josefina del Espíritu Santo, natural de Códex, Guadalajara, nació el 23 de agosto de 1899. Murió fusilada en Madrid el 2 de noviembre de 1936.